Cada año se producen en el mundo miles de ataques corrosivos
Cada ataque causa un daño devastador. Acabemos con el sufrimiento.
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Cómo acabar con la violencia corrosiva
Cada año se producen en el mundo miles de ataques corrosivos. Las lesiones a menudo cambian la vida, y su intención es causar sufrimiento físico y emocional a largo plazo. Poniendo fin a los ataques, podemos acabar con el sufrimiento.
1
Investigación
Llevar a cabo las investigaciones necesarias para garantizar un enfoque de las actividades basado en pruebas.
La investigación ayuda a comprender claramente las causas y los efectos de la violencia corrosiva. Ayuda a identificar soluciones políticas prácticas y viables. La investigación de calidad es necesaria para demostrar la necesidad de cambio. ASTI ha liderado la producción de investigaciones de calidad centradas específicamente en la violencia con ácido en múltiples países.
Vea toda nuestra investigación actual aquí.
2
Educar
Educar y sensibilizar sobre los riesgos y consecuencias de la violencia corrosiva.
La mejor manera de acabar con la violencia corrosiva es evitar que se produzca en primer lugar abordando sus causas profundas. Muchos de los países donde se produce la violencia corrosiva poseen altos niveles de violencia contra las mujeres. Al igual que otras formas de violencia contra la mujer, la violencia con ácido surge debido a relaciones de género desiguales.
La violencia contra las mujeres y las niñas tiene sus raíces en la discriminación basada en el género y en las normas sociales y estereotipos de género que perpetúan dicha violencia. La educación es fundamental para prevenir los ataques con ácido y otras formas de violencia contra las mujeres y las niñas. La prevención debe comenzar en las primeras etapas de la vida, educando y trabajando con los chicos y chicas jóvenes para promover relaciones respetuosas y la igualdad de género.
3
Defensor
Abogar por la introducción de leyes que impidan el fácil acceso a sustancias corrosivas peligrosas, evitando así atentados.
Los gobiernos nacionales tienen la responsabilidad última de introducir y aplicar leyes y políticas sobre la violencia con ácido contra las mujeres y las niñas. Por tanto, los gobiernos deben rendir cuentas por ello. También están bien situados para lograr cambios en materia de violencia contra las mujeres y las niñas.
La obligación de los Estados de prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas y proporcionar servicios integrales a las supervivientes de este tipo de violencia se estableció como norma de "diligencia debida" en la Recomendación General nº 19 del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1992. Una de las razones por las que se produce la violencia con ácido es su fácil y barata disponibilidad. La obligación de diligencia debida del Estado para prevenir la violencia con ácido incluye la regulación de la venta de ácido, así como la promulgación de leyes penales para castigar a los autores (véase ¿Justicia? ¿Qué justicia? estudio de ASTI sobre las leyes contra la violencia con ácido en Reino Unido, India, Camboya y Colombia).
